Sudamérica

Selva boliviana, valle de los Inkas, avistamiento de cóndor…

Selva boliviana


20 / 4 / 25 

Las Pampas es una zona que cuando está seco tiene poca agua y se ven muy lindos los animales porque todos salen a tomar el sol, pero cuando está inundado cuesta de verles. Nosotros fuimos que estaba todo repleto de agua, si bien el agua era oscura como la noche y no se veía nada, esto todavía le añadía más encanto. Los árboles, el sol y todo se reflejaba limpiamente en ella. Era como un viaje de ensueño.

 

Cuando finalmente llegamos al Lodge, nos invitaron a ver el anochecer desde el propio mirador. El Lodge era el lugar dónde nos hospedamos esas dos noches y 3 días. Eran diferentes casas de madera flotando sobre el agua, amarradas al suelo con una madera centenaria específica que dicen que no se pudre y que lleva ahí años y años. Las casas estaba unidas por puentes de madera también y todo por dónde estábamos estaba absolutamente lleno de agua. Si bien no flotaba, daba esa impresión de que vivíamos en cabañas cerca del agua; por la noche, yo tenía miedo al dormir porque tenía miedo de que un caimán se me comiera, o una serpiente o una araña.

 

Al seguir la mañana, José nos terminó de contar la historia de su 11 cumpleaños. Mientras hacían anillos artesanos con coco, yo pasé, él nos contaba la historia. Sus padres murieron en el río ahogados cuando él tenía 7 años, todo el pueblo se movilizó para buscarlos. Los encontraron abrazados, en el río, murieron juntos, según nos contó Jose, le debió atrapar una corriente, o un remolino, se cayeron de la barca y el padre consiguió salvarse llegando hasta la orilla, pero una vez allí vio a su mujer que se ahogaba y ella sola no podía, entonces se tiró a salvarla y nadó hasta ella; una vez la cogió y la tenía fuerte, ya no pudo nadar porque necesitaba los dos brazos para nadar y tenía que agarrarla a ella con alguno, de modo que murieron los dos. Cuando esto pasó, su abuelo le esperó en su casa y le dijo “Jose, yo seré ahora papa, yo seré ahora mamá, tú no estás solo” y desde entonces le enseñó todo lo que él sabía sobre la selva, sobre las propiedades de cada planta, curativas, tóxicas, etc.

El día de su 11 cumpleaños le despertó el abuelo le dijo ven, vamos al bosque. Jode preguntó “tomo la mochila?” y el abuelo dijo “no tomes nada, solo el machete”. Fuero andando por 3 horas dentro de la selva, el abuelo iba preguntándole: conoces esta planta? Y Jose respondía. A un momento, el abuelo le dijo “me voy al baño, ahora vuelvo” y no volvió. Entonces Jose sintió muchísimo miedo al ver que el abuelo no volvía.

Se desesperó, corrió hacia donde su abuelo se había ido. Nada, sin rastro. Tuvo muchísimo miedo. Cuando empezó a hacerse la noche pensó “tengo que dormir en algún lugar dónde los jaguares no puedan comerme”, de modo que se subió a un árbol y con hojas muy grandes se hizo una pequeña cabaña. Con lianas, las uso de cuerdas y se ató al árbol para no caerse por si se dormía. De noche oía el ruido del jaguar acercarse, pero se quedó bajo el árbol.  Empezó a comer frutas que él conocía, abría las lianas para beber agua, se ve que tiene agua dentro. Empezó bien la supervivencia. Un día, se cansó de comer frutas, de modo que se animó y se hizo su propio arco y sus propias flechas, en la punta de la flecha les puso un veneno que adormece todo el cuerpo, de modo que cuando le diera a un animal se quedaría adormecido. Tenía hambre, así que cuando encontró un grupo de cerdos, los esperó en contradirección del viento, en un árbol, para que no le olieran, y cuando pasaron, a los más pequeños, los mató para podérselos comer.

 

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